De la fantasía al paso a la acción

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categoría: Actualidades

De la fantasía al paso a la acción

Maia Mazaurette, escritora, periodista y bloguera, habla fantasías

Se inicia con una llamada en el aire. Estamos en pareja, tranquilamente atada a su hombre, y de pronto piuuuffff. Un espacio se ha abierto. Esto puede ocurrir entre el segundo día de una relación y su vigésimo aniversario, pero los científicos concuerdan en que entre uno y tres años después del primer beso, nos desprendemos. La fase simbiótica se ha completado.

"Todo el mundo está de acuerdo con aceptar que el deseo es humano."

Mucha gente hace de este llamamiento en el aire un drama ("Ya no lo quiero como antes y me doy cuenta de que, de hecho, su colección de embalajes Babybel me molesta"). Si bien es bastante saludable. Imagínese si estuviéramos súper, súper, súper enamorados todo el tiempo. La productividad en el trabajo se reduciría en un 50% (la otra mitad se utilizaría para enviar mensajes de texto calientes). Consumiríamos menos, estaríamos ocupados mirándonos a los ojos. Tendríamos ropa interior limpia todos los días. No tendríamos tiempo de hacer la guerra. Trabajaríamos 20 horas por semana y no habría más desempleo. Los asesinos en serie se transformarían en gatitos inofensivos, maullando bajo la luna.

Ok, si estuviéramos enamorados todo el tiempo, eso sería el paraíso. Pero, precisamente, este mundo no existe. Y el factor de atracción en el aire funciona como la ventana que se abre por la mañana: hace frío, pero si no, huele a humedad. Pero incluso el más inocuo de los gatitos comienza a dejar salir al león después de un tiempo. A continuación, abra la ventana, eso no es tan mala idea. El viento trae nuevas ideas. A veces, nuevas personas. Poco a poco nos encontramos más disponibles, al encanto de la vecina, a la sonrisa del jefe.

Aquí es donde viene la fantasía. Generalmente nos molesta. No sabemos mucho qué hacer, y es más insiste que el spam. El pequeño flujo de aire bien podría convertirse en tempestad, se intenta cerrar la ventana, pero no funciona. O no del todo.

La Infidelidad nos pasa por la cabeza a todos (excepto a mis padres, por supuesto, que son castos como María y José). Todo el mundo está de acuerdo con aceptar que el deseo es humano. Nosotros se lo perdonaremos. Incluso su confesor ha de encontrarle excusas.

El problema viene justo después. Mucha gente dice que está bien pensar en la infidelidad, mientras no la cometamos. Básicamente todo está permitido, excepto el paso a la acción.

Sería muy interesante seguir esta idea por tres segundos... La idea de la infidelidad no calma el deseo, al igual que la idea de una hamburguesa no calma el hambre, incluso con tocino extra. Permanecer congelados en el puro deseo, es tomarse a uno mismo como un espíritu puro - una especie de ángel. Vamos que en el 2010, ya podemos admitir que somos humanos, que tenemos impulsos, y que sin ellos nos aburriríamos.

Proponerse de reprimir el deseo es decidir no aceptar las consecuencias de sus deseos (que no son terribles consecuencias). Quedamos flotando. El mismo argumento existe para fantasías sexuales. Está bien tenerlas, pero no esta bien vivirlas. Gente bien intencionada nos advierten en contra de los riesgos que encontraremos: pero si realizas tus fantasías, ¿qué te queda? (Respuesta expresa: otras nuevas fantasías.) Incluso, podrá conseguir amigos que le digan que la imaginación es mejor que la vida real. El deseo será sublimado. Nos quedaríamos en constante tensión.

Espero que no aplique estos principios a su vida profesional: "Oh, ¿usted quiere un aumento? ¿Pero acaso no contentarse con el deseo, sería aún mejor? Oh, Ah, bueno, un bolso de Prada imaginario, y para sus vacaciones, le sugiero que las sublime leyendo la página de Wikipedia dedicada a las Bahamas".

"Si pasamos al acto, y confesárselo inmediatamente: formamos parte de los infieles. No es ilegal y nadie nos marcará con un fierro caliente. No aquí ni ahora, en todo caso."

Historia para completar el Grand-Guignol, los anti-corrientes de aire se inventan barreras. Besar no es engañar, pero chupar, sí, claro. O, pensar en alguien más ya es engañar. O sólo engañamos cuando hay de por medio sentimientos. Si ella es una prostituta, no quiere decir nada. Si usted no sabe el nombre del otro bien, bueno tenemos una disculpa. Bienvenido a la bola de hipócritas... Si pasamos al acto, y confesárselo inmediatamente: formamos parte de los infieles. No es ilegal y nadie nos marcará con un fierro caliente. No aquí ni ahora, en todo caso.

Todos experimentamos la fantasía porque las moléculas que nos componen están llenas de vida, y las corrientes de aire nos atraviesan. Por supuesto, sin este aire de locura, la vida sería más tranquila y más fácil - más aburrida, también. Podemos decidir dejarnos llevar hasta el vértigo, o aferrarnos a nuestra roca - resistir o volar.

No hay decisiones correctas o incorrectas. Hay personalidades, momentos y deseos. No podemos vivir como si estuviésemos sumergidos en cemento, como si los sentimientos pesaran una tonelada. No somos actores trágicos. Pasar al acto agrega a la fantasía un poco de “dejarse llevar”. Es aceptar convertirse en un poco más libres.

Maia Mazaurette es la autora del blog sexactu, y varios libros, incluyendo “Osez les recontres sur Internet” (Atrévete a probar las citas por Internet).