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categoría: Actualidades

"Controlar los celos (o ignorarlos)" La Crónica de Maïa Mazaurette

¿Por qué sentimos celos? ¿Son realmente necesarios? ¿Se pueden controlar? Nuestra sexperta Maïa Mazaurette analiza los celos en la pareja y los factores que les afectan con su estilo único en esta crónica. ¡No te lo pierdas!


No todos somos iguales frente a los celos. En una curva que va desde el crimen de honor (me engañas, mato a 150 personas) al candaulismo (me engañas, yo miro), la mayoría nos encontramos por el centro, en una zona que va desde la traición que lleva al divorcio, hasta el contrato abierto donde cada uno hace lo que quiere sin justificarse ante el otro. Y los poliamorosos aquí se mueven como vez en el agua.


Pero por cierto, ¿por qué los no-celosos son una minoría Sabiendo que del dicho (en grandes rasgos, el 90% de la gente dice que la fidelidad es un valor esencial para triunfar en el matrimonio) al hecho (la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres habrían sido infieles alguna vez en su vida) hay un trecho…


¿Qué constituye la base de las personas no-celosas – y su experiencia puede ser transmitida? ¿Estamos condenados a experimentar hasta el fin de nuestros días la duda? Entre los hechos recurrentes:


Es difícil sentir celos cuando jamás se ha conocido el abandono

Incluso con toda la empatía del mundo, para temer un dolor lo mejor es haberlo conocido previamente. Las personas no-celosas provienen a menudo de familias estables, sin historias. Ciertas no han sido dejadas jamás por otra persona.No hay complejos de Edipo mal llevados, cero cuentas que saldar con la falta de atenciones: por fuerza están más relajados.


Es difícil sentir celos cuando se tiene algo específico a ofrecer

Si se tiene una especialización (por excelencia ligada a la pareja), podemos ver por qué la pareja se iría en otros brazos en busca de novedad – pero la novedad, por definición, solo dura una noche. El otro o la otra siempre acabará por volver a casa porque tiene una vida con más aventuras / una sexualidad más completa / una cocina para quedar boquiabierto. Creo que incluso la persona más “banal” puede ofrecer esta impresión de ser única: hay hombres y mujeres que se sienten más a gusto con la banalidad, a los que lo normal les aporta una sensación reconfortante insuperable. En resumen, ¡cada uno tiene su oportunidad de no ser una persona celosa!


Es difícil estar celoso cuando no se siente un deseo sincero de poseer al otro

Las necesidades emocionales, o sexuales, pueden existir. Pero también pueden existir en otro ámbito que el de la pareja. Si hablamos de infidelidad clásica, que jamás será descubierta, y que no nos sentimos particularmente abandonados por nadie, el único beneficio de la fidelidad consiste en saber que esa persona nos es fiel. ¡Pues vaya beneficio! ¿El otro siente demasiado amor, demasiada libido, demasiadas ganas de su contable o su banquero? La vida es así. (O bien hay que empezar a tatuar a las parejas: “llame a este número, recompensa de 200 euros si me devuelve mi animal perdido”).


Es difícil estar celoso cuando la relación no es vital

Quizás no seas muy romántico y no hagas objetivamente ningún drama por sucumbir a una infidelidad que llevaría al divorcio: mientras tengas un techo sobre tu cabeza, y una hamburguesa bien grande en tu plato, todo irá bien, ¿cierto? Claro que esta situación representa todo un lujo para ciertas personas en pareja, que perderían no solamente a su pareja sino también sus ingresos o incluso a sus hijos.


Cuando estamos seguros que nuestra pareja nos quiere

Lo sabemos: las parejas infieles no están menos enamoradas que otras. A menos que se quiera confundir sí o sí sexo y sentimientos, a menos que se considere que no se puede tener diferentes tipos de sentimientos hacia diferentes personas (empezando por el amor paterno o matero y el amor romántico), una buena relación sigue siendo una buena relación pase lo que pase durante una “escapada”. Probar otros brazos, vale, pero irse, no. Una vez más, la infidelidad no representa un riesgo, ¿así que por qué sentir celos?


Entre estos diferentes factores, algunos no dependen de ti – como tu educación, tu historia personal, tu situación económica. Pero eso deja espacio igualmente a mejoras. Espacios de juego. Y la posibilidad muy real de decidir qué persona te apetece ser: ¿y si los celos son una elección? ¿Y si decidimos… hacer la vida más fácil, rechazando ser una persona que siempre duda, que espía, que quiere controlarlo todo?


Cede: un poco menos de rigidez, un poco menos de tensión, una vida conyugal más tranquila… y porque también es importante, noches con más calma. Si tenemos en cuenta que una hora suplementaria de sueño aumenta la libido femenina un 14%, parece una idea más bien apetecible.