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categoría: Cultura

Embárquese ahora en una gira mundial de infidelidad...

¿Y si necesitamos un poco de infidelidad para ser felices? Enfoque sobre estas prácticas en todo el mundo.

En Francia, algunos simplemente dejan de ir a ver a sus psicólogos desde el momento que conocen un amante. Incluso la primera dama de Francia parece estar muy liberada, declaró en febrero de 2007 al Figaro Madame ser " Fiel... a sí misma. Me aburro demasiado en la monogamia, aún si mi deseo y mi tiempo pueden estar conectados a alguien y no niego el carácter maravilloso del desarrollo de la intimidad. Soy monógama de vez en cuando, pero prefiero la poligamia y la poliandria. "

En el otro lado del Atlántico, los estadounidenses tienen una moral más reacia a aceptar "públicamente" la infidelidad pero siguen siendo infieles. La búsqueda de la felicidad o el amor loco es un cuento que los estadounidenses usan como excusa para justificar sus relaciones y aliviar su conciencia. Por ejemplo, en el caso Clinton / Lewinsky, lo único que no encajaba en el escenario, y que dejó a los estadounidenses confundidos fue que la esposa de Clinton, Hillary, permaneció a su lado.

Estas mismas preocupaciones las encontramos en la película Cuando Harry encontró a Sally (1989), cuando el héroe le dice a su mejor amiga Jess que su esposa acababa de dejarle por otro hombre:
Jess: Las parejas no pueden ser rotas por una infidelidad. Es sólo un síntoma de que algo está mal.
Harry: Ah, ¿sí? Bueno este "síntoma" copula con mi esposa.

Por otro lado, en Asia, no es raro que los chinos elogien a sus esposas con su amante, para probar que respetan el sexo débil y ponen límites a su unión. Y ni siquiera llegan a la idea de las japonesas que no se sienten culpables de infidelidad en la medida que cumplan plenamente con sus deberes para con sus familias. Para los hombres, es costumbre citar el adagio que dice "pagar no es engañar".

Parece que Finlandia posee un activismo extramatrimonial muy desenfrenado. Los finlandeses no son complejos: ven el sexo como una experiencia positiva. Los finlandeses viajan mucho, lo que les da la oportunidad de establecer vínculos. A diferencia de los estadounidenses, los finlandeses, no necesariamente asumen que la sexualidad desaparece a lo largo de una larga relación. Si surge la oportunidad y creen que nadie lo sabrá, seden fácilmente a la tentación. Debido a que esta experiencia es positiva y enriquecedora como tal.
En cuanto a los Latin lovers sudamericanos, están a la altura de su reputación, el 63% de los latinos han sido infieles al menos una vez en su vida, según una encuesta de GDA.

Cada sociedad define a su propia manera los motivos y los límites de la infidelidad. Los estereotipos sobre las diferencias entre hombres y mujeres no siempre son infundados. Pocas mujeres reconocen haber tenido amantes, simplemente porque tenían hambre de sexo. Casi todas argumentan razones sentimentales: necesitan a alguien que las escuche o que las hagan sentirse bellas. Los hombres casados también encuentran justificaciones románticas. Sin embargo, algunos de ellos reconocen que al buscar una amante buscan, sobre todo, aumentar su ego o satisfacer sus impulsos.

La encuesta de Ipsos* realizada a finales de 2010 por el sitio de citas extraconyugales Gleeden.com reveló que la infidelidad es un medio de realización personal para casi uno de cada dos europeos.

Fuentes:
* Pamela Druckerman, Lust in Translation.
* Encuesta IPSOS-Gleeden.com: 1501 europeos en matrimonio o en parejas, de los cuales 500 fueron franceses, constituyen una muestra representativa de la población francesa de personas casadas o en pareja mayores de 18 años (método de cuotas: sexo, edad, ocupación del jefe de familia, región y categoría urbana), fueron entrevistados vía Internet del 19 al 25 de octubre, 2010.