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Para él, esta etapa es aún más delicada. Puede ser que tenga miedo de ofenderte o peor aún, de hacerte sentir forzada. Necesita estar seguro que estás en la misma onda para evitar un rechazo que le dolería. Te toca a ti ser clara con él, expresar tus deseos y de demostrarle que no buscar simplemente un flirteo virtual. ¡Quieres algo en concreto, le quieres a él, díselo!
Sé muy clara con tus intenciones
Desde el inicio, es esencial decir qué esperas del encuentro. Si buscas únicamente seducción, una relación platónica, una complicidad, él debe saberlo. Igualmente, tienes que avisarle si buscas algo puramente físico. Así, pones las bases y los límites de tu relación desde el primer momento. Y es una buena manera de sentirte a gusto en el momento de pasar al otro lado de tu pantalla de ordenador. En caso contrario, si se muestra torpe en la primera cita y muestra unos deseos totalmente dispares con los tuyos, podrías tomarlo mal y dejarle a él en la más total incomprensión.
Siéntete a gusto
Cuanto más se acerca el momento del encuentro, más se difumina el sentimiento de conocer al otro. Todas tus certidumbres dejan lugar a la duda y a la angustia. Para franquear el obstáculo del primer encuentro, haz las cosas más cómodas. Elige un lugar en función de vuestros intereses en común, de la distancia que os separa o de la dimensión más o menos romántica que quieras dar a vuestra relación. Si los dos os sentís a gusto, la conversación fluirá mejor y os será más fácil romper el hielo. Además, si no te gusta, siempre podrás apreciar el momento posando tus ojos alrededor.
¡Sin normas, pero con sentido común!
Si has seguido el camino habitual de los encuentros por internet, habrás pasado del chat a los mensajes privados, después a los whatsapps (o similar) y de ahí a las conversaciones telefónicas. Así, el primer encuentro interviene como un paso lógico en vuestra relación. No hay normas exactas a respectar antes de pasar la meta de vuestra primera cita. Las únicas normas son: evita proponerle inmediatamente una cita porque tus intenciones seguramente serían malentendidas (sí, sí, los hombres también necesitan un poco de romanticismo). Después de haberle contado toda tu vida, reído y llorado delante de tu ordenador, piensa en proponerle encontraros un día u otro, antes de que se aburra y te olvide completamente (no te esperará toda la vida, sobretodo teniendo en cuenta la variedad que puede encontrar en Gleeden).
Ninguna precaución es suficiente para eliminar la aprensión del primer encuentro cara a cara. Pero es una etapa indispensable para estar segura de que te gusta de verdad y que vale la pena ir más lejos. Esto puede dar pie a un magnífico idilio o a una aventura apasionada. Y si no hay chispa entre vosotros, siempre puedes volver a empezar a buscar en Gleeden...
