Engañar es amar

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categoría: Actualidades

Engañar es amar

Gemma Gaetani, escritora italiana, autora de

¿Cómo podemos pretender que la persona que amamos pueda ser sinónimo de la satisfacción de cada uno de nuestros deseos? Eso no es amor, y no es egoísmo, ¡es sadismo puro!

Elogio del tradimento (Elogio del adulterio), página 40, capítulo 3, “Porque las parejas son auto-destructivas y, además, ridículas en su ejercicio de la fidelidad eterna.”

Cuando se habla de la infidelidad, la mayoría de la gente no mira las cosas con perspectivas diferentes a las de la opinión pública. Así, en el mejor de los casos (no me atrevo a imaginar el peor), aquél que engaña es considerado como un abyecto egoísta, y aquél que ama a alguien que ya tiene una pareja, como alguien sin escrúpulos.

Los programas de televisión, más acostumbrados a halagar el pensamiento dominante, que a realmente profundizar en el tema, los periódicos y periodistas, las estrellas y estrellitas, los críticos, la gente común y todos en cuanto afrontan el tema del "adulterio" están de acuerdo en decretar el lado "deshonesto" e "inmoral" del asunto, incluso siniestro en lo que toca a la ética, y esto, para condenar este comportamiento sin un juicio y sin apelación, sin ni siquiera tratar de comprender los sentimientos de estas personas.

Pocos se atreven a hablar en público sobre el hecho que, y aquél que conoce el adulterio no me contradecirá, engañar significa amar. Porque el amante de alguien que ya tiene pareja representa la figura de alguien que ama, aun si tiene mucho menos de lo que tuviese si fuese su única pareja; porque aquél que engaña representa la figura de alguien que, de alguna manera, ama a la persona que tiene a su lado, y que también amará a sus otros compañeros cuando es infiel, una, dos o tres personas en su vida, poco importa.

Lo que importa es el resultado final del asunto, y por lo tanto tiene algo que ver con el amor, con esa capacidad ilimitada y con alcance de dar y recibir amor, con mayores oportunidades de amor: y el amor, como sabemos muy bien, no debe tener relación con la codicia y el egoísmo, o ¿qué clase de amor sería?

¿Qué decía don Juan? “Todo es amor. Aquél que tiene sólo uno es fiel, pero con los otros es cruel”. Y también él definía el concepto de "sentimiento amplio"...

Esa es la palabra clave, que aquéllos que culpan de manera sangrienta el acto de traición deben de intentar, por lo menos una vez, entenderlo, dejarla viajar a través de sus emociones tan frígidas e integristas, tan censuradas e intransigentes para: extenderlas. Trate de pronunciar esa palabra varias veces, escuche el sonido que se reproduce y se propaga lentamente y da giros en el aire: ex - ten - der... Ahora en cambio, trate de decir la palabra regla, puede oír lo cortante y seca que es la palabra, castradora, humillante, dígalo: ¡regla! Parece el sonido de un látigo, una bofetada, una guillotina.

Engañar, no sólo es, como bien lo decía Henry Mencken, “Democracia aplicada al amor.” No es sólo eso, ya que la naturaleza del amor en verdad esconde muy pocos enlaces con las normas y las cifras: engañar es antes que todo amar que a su vez es una extensión hacia los otros aplicada al amor; engañar es la negativa a beneficiarse de nuestra capacidad de amar a una sola persona y de esta manera liberándola de la ansiedad de tener que ser para nosotros la única fuente perfecta de satisfacción de nuestra necesidad de amor. En conclusión, engañar es amar más

¿Qué decía Osho? “Todo lo que destruye tu libertad no es amor. Debe de tratarse de algo más porque el amor y la libertad están vinculados, son las dos alas de la gaviota.” También decía que “cada vez que ves a tu amor en conflicto con tu libertad, significa que estás haciendo otra cosa en el nombre del amor”. De hecho, nadie piensa en el egoísmo, aquél verdadero y violento, aquél que exige tu fidelidad, y en nombre de esa fidelidad y de la visión restrictiva del amor transforma el final de un amor o el descubrimiento de una traición en una tragedia, con demasiada frecuencia no sólo en el sentido emocional de la palabra, sino literal.

Pero no quiero escribir más sobre esto porque quiero, por el contrario, reiterar el amor infinito de los que engañan, reafirmar la difícil armonía entre las austeras y pesadas exigencias sociales e individualistas que sofocan el amor imponiéndole reglas y reconfirmar la libertad de los sentimientos a aquél que engaña.

¿Qué decía esa frase, que para mí debería ser la única regla del amor, que era cantada por Sting? decía: "If You Love Somebody Set Them Free", que quiere decir: si amas a alguien, déjalo libre.

¿Libre para hacer qué? Libre para amar a los demás, para ser amado por otros, libre de olvidar a la pareja habitual y sus expectativas por un tiempo o para siempre, libre de repetir a lo largo de su vida que el amor es un ámbito extendido, y no una jaula.

La palabra amor deriva del verbo amar que no tiene una etimología determinada. Algunos, de los cuáles la mayoría hacen poesía, más que etimología, argumentan que el amor puede ser leído como a-mors, es decir, sin muerte. Yo soy uno de ellos, y sé que donde hay una jaula, está la muerte de la libertad, y que ahí donde no hay jaula se encuentra el verdadero amor.