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• El pesado
Desde tu primera cita con el pesado, notarás en él las ganas de seducirte a cualquier precio, hasta tal punto que se hace molesto. Un romanticismo exagerado, una sobredosis de cumplidos y bromas indecentes cada tres frases. Resultado: en cuanto acabes esa cita pensarás “¡Nunca más!”, mientras que él pensará “¡Ya está en el bote!”. Esto hará que tu rechazo de tener una segunda cita todavía más delicado. Si te toas con un pesado, huye mientras estés a tiempo.
• El pretencioso
El amante pretencioso tiene la molesta tendencia de creerse una súper estrella y el don de tomarte por una don nadie. Desde vuestro primer encuentro, no te dejará decir ni una palabra e intentará impresionarte todo el rato: su casa en Ibiza, su trabajo con muchas responsabilidades, su colección de obras de arte... No mostrará el mínimo interés por ti menos en el momento de acompañarte a casa: “¿Quieres venir a tomar una copa en mi casa?”, a lo que contestarás “no gracias” con la misma sonrisa condescendiente que él. No le volverás a contactar, él tampoco, así que ¡a por el siguiente!
• El (demasiado) sentimental
A final de vuestra primera cita, te dirá hasta qué punto ha pasado un momento delicioso y ambos os marcharéis con una gran sonrisa en los labios. En la segunda cita, te pedirá volver a verte en cuanto antes mejor. En vuestra tercera cita, en tu casa, no osará tocarte por miedo a violentarte (sí, sí, aunque tú insistas). Después de vuestra primera noche de amor, te dirá que te quiere y que va a dejar a su mujer para empezar una nueva vida contigo. Dos años después de haber roto lazos con él, te seguirá enviando emails apasionados.
• El coleccionista de mujeres
Cuando te aborde diciéndote que tienes un bonito escote en tu foto de perfil, lo dejarás pasar, demasiado atraída por su lado encantador y seductor. Cuando te propondrá un primer encuentro en su casa a las 22h, pensarás que quizás es que trabaja hasta tarde. Cuando después de vuestro primer encuentro carnal le propondrás volver a quedar y no te conteste, empezarás a comprender.
• El paranoico
Durante vuestras primeras charlas online, este hombre encantador se mostrará poco disponible, pero vuestras breves conversaciones bastarán para darte ganas de saber más.
Cuando empecéis a veros de forma más regular, el pánico se apoderará de él. Siempre tendrá prisas, tomará todas las precauciones posibles para que no os vean juntos, y por mucho que le tranquilices cada vez, él continuará a suplicarte de no decirle nada a su mujer. Rápidamente decidirás poner un punto y final a vuestra aventura. Vale que a veces la infidelidad sea un poco arriesgada, pero cuando se trata de un cobarde, más vale no acercarse.
