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En sus relaciones, la mujer moderna estimará más a los hombres dulces y amables que a los hombres de tipo atlético.
Es cierto que los hombres físicamente imponentes siempre han tenido su encanto y el hombre de referencia siempre ha sido representado de esta manera. Pero las mujeres han evolucionado y han sido capaces de ver más allá del atractivo exterior.
El estudio nos recuerda que en nuestras sociedades primitivas, los hombres debían "luchar" con sus compañeros con el fin de seducir a sus parejas femeninas. Los que no tenían el potencial físico desarrollaron una estrategia alternativa: consagrarse a una mujer siendo generoso y atento a fin de ganarse la confianza y el afecto de esta.
De hecho, los "machos" débiles, demasiado frágiles para ganar la lucha, desarrollaron otras habilidades, incluyendo el cuidado y la provisión de medios de vida. De este modo, se habrían convertido en padres cariñosos y en compañeros de vida seguros. Gracias a estas habilidades podrían haber encontrado más fácilmente "hembras", sin tener que gastar sus energías en batallas permanentes.
¿La debilidad dará inteligencia?
Sea como sea, es de esta forma que las mujeres empezaron a mirar a los hombres de manera diferente, a confiar en ellos y a mirar hacia su futuro junto a ellos seleccionando naturalmente, durante la evolución, a estos nuevos machos menos brillantes pero más confiables y cooperativos.
En cuanto a la "revolución sexual", esta última comenzó cuando las mujeres decidieron dar privilegio a los hombres dispuestos a satisfacer sus necesidades en lugar de a sus rivales fuertes y musculosos.
¡Adiós machos dominantes!
